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Unión del Canal de la Edar con el Gigüela y del cauce anterior del río con el Canal del Gigüela.

Nº 8 – INAZAR, CANAL DE LA EDAR, CURSO NATURAL DEL RÍO GIGÜELA Y CANAL DEL RÍO GIGÜELA

  • Última modificación de la entrada:27 de junio de 2023

Juan Antonio Blasco Maldonado

IMPACTO Y RELACION CON EL ACUÍFERO 23 Y LAS TABLAS DE DAIMIEL

Realizamos la salida de la Población cruzando por debajo del Puente de la Autovía de los Viñedos (en la CM-420, dirección Herencia), buscando en paralelo al curso del Canal de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) por el paraje conocido como “el mamello”, para cruzar el puente del canal y abordar una parte del camino de “la cucaracha” hasta encontrarnos con el de la Senda Golilla que nos conduce hacia el Cerro de Las Margaritas por el cual bajamos y atravesamos una parte de la reforestación de tarayes en busca del que nos lleva hasta el Puente que cruza de nuevo este Canal para situarnos en su margen izquierda. Este puente establece el límite entre las Fincas denominadas  El Raseral  y  el Inazar.

Continuando el curso de dicho Canal, aguas abajo, a unos quinientos metros, existe otro puente y es el punto exacto donde se desdoblan y separan las aguas depuradas de las limpias y claras del río Gigüela, discurriendo cada una por una cuenca distinta.

Las Aguas Residuales de la Depuradora, además de llenar por inundación el Complejo Lagunar de Alcázar (conformado por  La Veguilla, la Laguna del Camino de Villafranca y la Laguna de las Yegüas)  se conducen por este Canal hasta las Tablillas del Záncara, pero con escaso caudal normalmente (salvo algunos fines de semana en los que se observa el canal con niveles mucho más altos). Discurre con cotas prácticamente sin diferencial alguno, por lo que su corriente es casi nula lo que favorece el que vayan depositándose en el fondo y las paredes de su cauce los fangos y los sólidos en suspensión que porta, por lo que su cuenca tiene un color totalmente negro. Sus aguas van disipándose en gran medida hasta llegar a las mismas Tablillas utilizando el Cauce y el curso Natural del Río Gigüela, donde encuentra un taponamiento o dique  que condena el cauce del “río” e inundando el paraje.

Estas aguas han ido recibiendo tratamientos de mayor calidad a lo largo del tiempo y sobre todo de decantación para eliminación de fangos y de  eliminación del Nitrógeno y del  Fósforo que fundamentalmente las convertían en anóxicas (sin oxígeno). La construcción de la EDAR se realizó en tres fases:

La primera en 1987 solo depuraba aguas residuales urbanas, no las industriales

La segunda en 1994 puso en marcha una línea más de depuración de aguas y una línea de fangos, además de comenzar a depurar los residuos líquidos industriales.

Y la tercera en 2002 consiguió tratar hasta 24.000 metros cúbicos diarios, tratando todas las aguas de Alcázar de San Juan y Campo de Criptana.

Dicho esto, el escaso o nulo aporte hídrico de los cauces importantes, tales como el  Gigüela y el río Záncara durante períodos largos, sobre todo estivales, hacen que en los últimos treinta o cuarenta años,  por sí definan la situación del llamado “Guadiana Alto” y de Las Tablas de Daimiel.  Y el sistemático descenso de los niveles freáticos del Acuífero 23, por su sobreexplotación, condiciona el que los ríos puedan correr, ya que sus aguas van filtrándose hasta el punto de llegar hasta aquí sin caudal alguno y veamos siempre los ríos secos.

El Gigüela no siempre ha sido el conductor y el principal aporte de aguas limpias, aunque salobres, del Guadiana Manchego, también ha sido en muchos casos el medio de transporte de las aguas contaminantes hacia las Tablas de Daimiel, al menos en cuatro ocasiones de gran deterioro para los ecosistemas, en los últimos cuatro decenios.

La primera de ellas en Junio de 1989, por vertidos industriales procedentes de Alcázar de San Juan,  originando la mortandad de gran número de carpas, cangrejos, somormujos, zampullines, etc, desapareció <<la nutria, el martín pescador, la lamprea>>, donde estaban presentes en Las Tablas de Daimiel, y que quedó solventada sin que se tenga ni conocimiento ni constancia de condena alguna para con los presuntos Industriales o Empresarios responsables.

Dos años antes en 1987 se había creído resuelto el problema de Las Tablas de Daimiel por la realimentación del Trasvase del Tajo-Segura a través del río Valdejudíos en Carrascosa del Campo, y por los distintos rebosaderos  y escorrentías (por abundantes aportes pluviales) que hicieron que el Guadiana corriera al revés, corriente arriba, surgiendo de las Tablas y desapareciendo a 12 Km. en los Ojos del Guadiana, justamente al contrario de cómo debería hacerlo, infiltrándose en el Acuífero 23.

Peces muertos por contaminación de Las Tablas de Daimiel. Fuente: Desconocida.

El segundo vertido, se originó en el Inazar (en la primera fotografía), en los meses de Abril y Mayo de 1997. Dado que el exceso de caudal del Canal por los rebosaderos de la EDAR y sin salida a ningún sitio  colapsaba rompiendo los malecones e inundaba la Finca de El Inazar,  así como El Raseral con motivo de las filtraciones en las ocasiones en las que el nivel del canal era muy alto, ya que este discurre por terrenos más elevados que los circundantes dando lugar a encharcamientos en todas las zonas de pradera de limonium y zona de reforestación de Taray, lo que provocó  que ante un descomunal enfado el propietario de la Finca (privada), con una Retroexcavadora, rompiera o hiciera romper el cauce del río y dando conexión y  salida a las aguas contaminantes del canal curso abajo del Gigüela camino de Las Tablas de Daimiel. El 18 de Junio (un mes después) intervino la Guardia Civil por existir un Delito Ecológico y pasó el caso a  Disposición Judicial (a partir del 1 de Julio se recogieron más de 35.000 carpas muertas), acabando el tema años después con el fallo del Tribunal Supremo con una descomunal multa. De nuevo, no se tiene conocimiento ni constancia de que los Industriales o Empresarios presuntamente responsables de los vertidos de los elementos contaminantes  fuesen condenados ni multados.

Planometría del Raseral y del Inazar por donde discurre el Canal de la EDAR. Fuente: Iberpix.

Al margen de los distintos vertidos a la la Dehesa Boyal anteriores al Filtro Verde de Villarrubia de los Ojos, hubo otro en  2011 (por rebosamiento de su Presa a unos cuatro Kilómetros de Las Tablas, que vierte en el cauce del Gigüela y en su denominada Madre Chica). Se tiene constancia de otros  envenenamientos de las aguas de las Tablas y del “Guadiana” y, de lo que conocíamos como Mancha Húmeda, dignos de resaltar para que, además de conocer la realidad de nuestro río, sepamos que los vertidos contaminantes no son patrimonio de Alcázar de San Juan ni del Río Gigüela, pues en algunas ocasiones se vertían directamente a Las Tablas los residuos líquidos, lodos urbanos en suspensión y los fétidos alpechines de la aceituna por el arroyo de la Cañada Lobosa, procedentes de  las almazaras y alcantarillados de Fuente el Fresno (situado a 7 Km). Así mismo, se dieron sucesos de grandísimo  impacto a través del Río Azuer, también en los años 2010, 2011 y 2013 con vertidos sin depurar procedentes de Daimiel, y en las campañas de Vendimia de los años 2013 y 2014 con residuos (amoníacos) procedentes de tres Bodegas de Membrilla y de Manzanares (alguna de ellas de renombre), de igual manera por la cuenca hidrográfica del Río Azuer; hechos que han vuelto a ser noticia en Enero de 2022 por la aportación de Peritos para los Juicios (por parte de anteriores responsables políticos) y proponer la incriminación de la Empresa responsable de la EDAR en su momento, argumentando la tardanza en el aviso a las Autoridades de Averías y Deficiencias.

Las Tablas de Daimiel que, según algunos expertos, posiblemente se formaran en la era terciaria -dos millones de años- (aunque sí parece  demostrado que tienen un mínimo de 350.000 años de antigüedad), no volvieron a recuperar su biomasa y sus ovas (elemento primario para la vida de la fauna acuática) hasta 2018. Las bacterias contaminantes favorecen la proliferación de algas que asfixian por falta de oxígeno y ausencia de fotosíntesis a la vegetación natural (la llamada sopa verde); muere la  fuente de alimento para toda la fauna del medio acuático tales como insectos, peces, cangrejos y algún tipo de ánades (pato colorado). Posteriormente con la sistemática desecación se provoca por compresión de las capas de turba del subsuelo un fenómeno de autoignición y combustión de las mismas emitiendo esas singulares fumarolas, con gran peligro para la población y para los animales, pues el suelo por debajo es un auténtico brasero ardiendo a 200 grados centígrados; En estas situaciones se ha hecho urgente la inundación por pozos de extracción (del Acuífero 23) o el aporte extraordinario por medio de trasvases, para apagar esos incendios subterráneos.

 Desde el pasado mes de Agosto de 2022 donde solo se contaba con una lámina de agua equivalente a 50 Hectáreas, se han trasvasado tres hectómetros cúbicos para encharcar en torno a 400 Hectáreas de las 1.850 de toda su superficie susceptible de inundación, a través de la denominada Tubería Manchega con aguas procedentes del Tajo (en lo que más parece una transfusión que un Trasvase, ya que el agua ni ve la luz del sol ni recibe ningún tipo de beneficio biológico en su transporte; aún así bienvenida sea).

Las Tablas de Daimiel en período de gran sequía. Fuente: El Confidencial.

Tengamos en cuenta que fueron declaradas  Reserva de la Biosfera en el año 1981 y Zona de Especial Protección de Aves en el 1988, aunque de poco haya servido. No se dispone de datos exactos sobre el encharcamiento tras las últimas lluvias, pero están llegando los aportes de nuestro Río Gigüela al que estamos viendo de correr; lo realmente importante es que se están recargando.

La canalización del cauce viejo del Río Gigüela se efectuó en los años 60, aún así calculo que en el transcurso comprendido entre estos episodios contaminantes y  las fechas de mejoras del funcionamiento de nuestra Depuradora o bien cuando se llevó a cabo el proyecto de la creación de las Tablillas del Záncara se produjo la construcción del Canal artificial del Río Gigüela, que no es más que un trazado rectilíneo con un ángulo entre dos tramos que transcurre desde ese cauce viejo que viene desde río arriba y, con el que enlaza en El Inazar hasta el cauce natural del Río Záncara justo donde están ubicados los dos  pozos de Recarga del Acuífero 23 (en Marzo de 2023 taponados, para que el agua en lugar de cargar el Acuífero discurra hacia las Tablas) aguas abajo de Las Tablillas del Záncara; esto provoca que el Záncara discuraa río arriba en un pequeño trecho y que se inunden ciertos terrenos de cultivo por filtración. Con esta conexión río/canal se evita el que se junten (al menos en superficie) las aguas sucias con las limpias. El canal con las aguas procedentes de la Depuradora enlaza con el cauce viejo del río en ese mismo punto del Inazar y en paralelo con el (“nuevo”) Canal del Gigüela y transcurre por debajo de Las Casas de Montoya hasta llegar a Las Tablillas del Záncara como antes hemos dicho, ubicadas frente a la Finca conocida como El Destete (en las conocidas como El Mercado y Vega Nueva), donde son contenidas con un dique artificial, y derivadas a dichas Tablillas, en toda una zona artificial de malecones y reforestaciones.

Fruto de la porosidad del cauce (labrado para la desecación de sus márgenes, según la ley del 17 de julio de 1956),  de la escasa actuación de la vegetación como filtro verde y, fruto también del trabajo de Gestión de caudales  y tratamiento de los residuos líquidos que se hace a fecha de hoy en Alcázar de San Juan, obtenemos como desaguadero de nuestras aguas depuradas este paraje y el Complejo Lagunar catalogado como Reserva Natural y perteneciente a la Red Natura 2000.

Suele llamarse Cárcel de los Ríos coloquialmente a Las Tablillas del Záncara o Junta de los Rios, si bien la ubicación de éste paraje se encuentra (según figura en los mapas históricos del ING escala 1:50.000 y en vistas aéreas como la de Iberpix) muy cerca de la carretera CM3107 de Alcázar a Manzanares aproximadamente en el Kilómetro 9, en la denominada Puente Grande y responde a los terrenos comprendidos entre la desembocadura de caz del  Río Viejo del Guadiana y el Záncara.

Planometría de La Cárcel de los Ríos según el IGN Escala 1:50.000.

La infame sequía de nuestras cuencas, viene dada por el cada vez más escaso aporte pluvial, por la ya mencionada porosidad de sus cauces y por la catastrófica sobrexplotación del Acuífero 23 que, pese a sus 5.500 kilómetros cuadrados y 70 metros de profundidad y, abarcando las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Albacete sufre cada año desde la última década una bajada de un metro cada año en su nivel freático  según estos últimos  registros. Si bien, en las pasadas décadas de los años setenta,  ochenta y noventa, sufrió un sistemático despilfarro hídrico por los Planes de Regadío, en muchos casos incontrolados y con perforaciones furtivas e ilegales, en las que con nocturnidad y alevosía se perforaba con ácidos fracturando las  losas pétreas subterráneas y ampliando pozos horizontales y multilaterales, beneficiando a los grandes latifundistas con cultivos que nunca antes habían sido propios de nuestra tierra, y con sistemas de riego por inundación, aspersión y por medio de pivots (susceptibles todos ellos de gran evaporación) como si el recurso fuese inagotable. Fue declarado sobreexplotado en el año 1987 por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Hoy en día el problema de aprovechamiento excesivo de sus recursos aún persiste.

 En nuestro municipio, disponemos de la instalación de  Plantas Termosolares, que precisan de una ingente cantidad de agua para producir electricidad por medio de vapor. Tenemos instaladas cuatro en los parajes de Cornejo  (ASTE-1) y Valdivieso (Manchasol)  ubicadas en la carretera hacia Manzanares junto a la Rotonda del desvío hacia Cinco Casas de la CM31313 que comunica Argamasilla de Alba con Villarta de San Juan, sirva de ejemplo que en la planta de ASTE-1, de 50 Megavatios (una de las mayores de la provincia de Ciudad Real)  existen 4 sondeos de más de 100 metros de profundidad con sus respectivas bombas de 35 cv, extrayendo 57 metros cúbicos a la hora, trabajando continuamente, estando estas Plantas pendientes como todas las Instalaciones con este tipo de tecnologías, de mejoras en el aprovechamiento del agua  pese a tener instaladas sus balsas de decantación hacia el acuífero con las aguas sobrantes y depuradas.

Los derechos de riego establecidos en las distintas Cuencas con la proliferación de pozos en el Acuífero 23 (hoy dividido en las masas Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos) fueron uno de los factores que propiciaron que dejara de aportar agua a los ríos para recibirla de estos. Las áreas húmedas y de encharcamiento de la superficie en todos los cauces, así como en las Tablas de Daimiel han sido  reducidas drásticamente por los procesos de encauzamiento y desecación (en muchos casos con criterios de salubridad –recuérdense las fiebres tercianas y cuartanas (paludismo)- que se producían por la picadura de mosquitos que proliferaban en las zonas de encharcamiento donde el agua se putrefactaba).En cualquier caso estos Planes y Actuaciones han permitido la explotación  y el cultivo de numerosas hectáreas de fértiles vegas.

Existen foros de opinión desde los que se argumenta que la principal causa de desecación de las Cuencas y del descenso de los niveles del acuífero son debidos en gran parte a la construcción de la presa de Peñarroya en el año 1.959, así como la transformación 100.000 Hectáreas de secano en regadío y comenzar con la ruptura del Equilibrio Ecológico, otorgando con sus consiguientes derechos a los Latifundistas de la época (como  compensación por  la lealtad a Franco y su afección al Régimen), así como con los planes del INC (Instituto Nacional de Colonización) con la reforma agraria llevada a cabo entre los años  1.940 y 1970, sobre todo a partir de 1956 con la Ley de Desecación de Márgenes del Gigüela, Záncara y Guadiana;

Parcela del Caudillo

y el importante efecto que tuvo el regadío del sistema parcelario, donde ya se creía que el agua era un bien perdurable para siempre. Con motivo de aquellas obras podemos distinguir desde lejos en alto las riberas de nuestros ríos, y en la mayoría de su trazado carentes de arboleda y vegetación (se excavaron los cauces entre tres y cuatro metros, aprovechando su tierra extraída para construir los malecones y civancas que hoy vemos) y las acequias y acueductos sobre arcadas de medio punto pintadas de blanco, tan características.

 Sin embargo está constatado que a pesar de lo diferentes que son  sus suelos los Acuíferos 19 (Sierra de San Cristobal, en La Alcarria, en Sacedón), Acuífero 24 (Campo de Montiel entre las provincias de Ciudad Real y Albacete) y nuestro  Acuífero 23, los tres interactúan subterráneamente; así podemos resumir en que la  recarga de este acuífero en la situación actual procede de la infiltración de las aguas de lluvia, de la infiltración producida desde la red de aguas superficiales, cuando los cauces están por encima del nivel freático y de los flujos de otros acuíferos adyacentes con los que el Acuífero 23 interacciona bien a través de ríos, bien por transferencia subterránea, por su grado de interconexión.

Nuestros ríos, fundamentalmente son dos El Záncara y El Gigüela;  aunque también se dibujan en nuestros campos los cauces del Canal del Guadiana y del Canal del Gran

Mapa iberpix

Prior, ambos dependientes del rebosamiento del Pantano de Peñarroya, pues las aguas que se liberan regularmente por sus exclusas son destinadas sobre todo para explotación agrícola en los municipios de Argamasilla de Alba y Tomelloso  agotándolas en su totalidad, no llegando nada ni tan siquiera a la Pedanía de Alameda de Cervera, cuestión que cada día considero más como objeto legítimo de debate y, que debería ser discutida y cuestionada como lo está siendo el Trasvase Tajo- Segura (garantizar caudales ecológicos que aseguren la vida de los ríos).

Embalse de Peñarroya y Castillo. Fuente: Portal de Cultura de Castilla-La Mancha. Canal del Gran prior tras su salida de Peñarroya. Fuente: Patrimonio de Castilla- La Mancha. Blog del curso de Historia de la Universidad de CL-M.
Fuentes consultadas:
  • Artículos de Sergio Bernao, periodista en “Cuadernos Manchegos”
  • Artículos publicados en La Tribuna de Ciudad Real sobre Las Tablas de Daimiel
  • Publicaciones de Santos Cirujano, Biólogo y Botánico del CSIC sobre contaminación del Gigüela y Las Tablas
  • Publicaciones de Miguel Álvarez Cobelas, Biólogo y Botánico del CSIC sobre contaminación de Las Tablas de Daimiel a través de distintos ríos
  • Distintas ediciones de la Revista Quercus sobre Humedales Manchegos
  • Tesis Doctoral de Patricia Jiménez Pinilla, sobre Hidrología y Suelos de la Universidad Complutense de Madrid
  • Estudios de Miguel Mejías, Jefe de Hidrología del IGME, CSIC sobre niveles freáticos
  • Enrique Luengo, Geógrafo y gran conocedor del Záncara y del Gigüela y de sus parajes
  • Distintas páginas de Wikipedia
  • Páginas Oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
  • Publicaciones de Francisco Javier Rodríguez Laguía, escritor y estudioso del Gigüela y sus rutas
  • Cuaderno de Lecturas nº 94 de Villarrubia de los Ojos
  • Patrimonio de Castilla-La Mancha por Alba Rodríguez Iniesta sobre el Canal del Gran Prior en Argamasilla de Alba
  • Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago. Licenciado en Historia del Arte e Historiador Local en diversas publicaciones
  • Iberpix
  • Google Earth
  • Visor Sig Pac
  • Google Maps
  • Trabajos a pie de Campo por distintos parajes
  • Visitas a enclaves de interés y Entrevistas con gentes conocedoras de los Lugares y de su Historia

JUAN ANTONIO BLASCO MALDONADO

Alcazareño ferroviario, nacido en la calle Unión nº 11, enfrente de los Montoyas, en la casa materna, comprometido social y sindicalmente con el ferrocarril. Conducido al fallecimiento de su padre a coger las riendas de Estanco del Arenal, también proveniente  de abuelos y padres desde 1926.

Hoy en día jubilado de todas las obligaciones, intenta transmitir el amor a su pueblo, a su historia, sus costumbres, sus gentes, a su campo y a sus maltratados ríos.

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