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Fachada de los almacenes a la calle Velazquez. Año 1952. Fotografía: J. Belmonte.

Nº 1 — Oficios – ALMACENES SALMÓN S.A.

  • Última modificación de la entrada:21 de enero de 2021

TALLERES DE DECORACIÓN DE LOZA Y CRISTAL

Maribel Belmonte Salmón.

Alejandro Salmón de la Puente, nació en Sevilla en el año 1878 y es allí donde transcurre su infancia y adolescencia. En su juventud viaja a Buenos Aires donde permanece un tiempo, junto a un hermano algo mayor que él. Regresa a España y comienza a trabajar como viajante. Realiza un nuevo viaje a Buenos Aires y a su vuelta se establece momentáneamente en Sevilla, dedicándose a viajar representando distintos artículos.
En uno de estos viajes conoce en Ayamonte (Huelva) a Antonia Feu Sousa, bastante más joven que él y con la que, tras un corto noviazgo plagado de ausencias y viajes por su parte, se casa en el año 1921, tenía ya 43 años. El matrimonio se establece en Sevilla, pero al poco tiempo se trasladan a Madrid, donde nacen sus tres hijos: Mª Luisa, Alejandro y Mª Antonia.
En el año 35 toda la familia cambia su residencia a Torrevieja (Alicante) de donde se marchan en plena Guerra Civil hacia Barcelona y, hecho curioso, en su viaje hacen noche en la llamada “Casa del Conde” en la calle Canalejas, entonces no sabían lo unidas que estarían sus vidas, en un futuro muy próximo, al pueblo de Alcázar de San Juan.
Acabada la guerra regresan a Madrid y continúa su trabajo como comercial, tiene clientes en Alcázar y aquí, pese a la diferencia de edad, hace amistad con Toribio Baquero que trabaja en el Record, le comenta que está pensando iniciar un negocio y, si encuentra un lugar apropiado, su idea es ponerlo en el pueblo, ya que las comunicaciones con que cuenta facilitará el envío de mercancías.
Representa artículos de loza y cristal, vajillas, cristalerías y su idea es decorar esa piezas convirtiéndolas en objetos personales y más refinados. Cuenta con almacenes que pueden suministrarle las piezas en blanco y con un socio capitalista que reside en Barcelona.
Alejandro Salmón de la Puente, es el fundador de la empresa que en 1941 se inicia como “Almacenes Salmón S.A”, en un pequeño local en los bajos de lo que fue el Hotel Pecker en el callejón que hay en la actualidad junto a la estación de ferrocarril, y contrata principalmente a chicas, aunque también había varios hombres. Nunca sabremos el porque de tantas mujeres, si porque podía pagarles menos o porque consideró, que para el manejo y decoración de las piezas, podrían ser más creativas y delicadas.

Jarrón. Colección Emiliano Vela.

A los pocos años, este primer local se hizo pequeño, por lo que trasladó la empresa a la calle Velázquez en el solar colindante hoy en día está “Mercadona”. Antiguamente había una bodega, con una nave grandísima y techos muy altos, donde para instalar la fábrica de decoración tuvieron que adecuarla, sacando la tinajas de la antigua bodega al corral para poder instalar unas mesas y estantes en los que poder trabajar la loza. Luego en el centro de la nave hicieron la oficina con cristaleras, desde donde, según algunas de sus trabajadoras, se divisaba y controlaba todo.
Esta nueva situación disponía de suficiente espacio para ubicar los hornos, leña, almacenaje de piezas sin decorar, y aquellas decoradas listas para enviar o vender, parece ser que una parte de este almacén lo habilitó para vivienda. Lo cierto es que cuando se trae a la familia, que hasta entonces continuaba viviendo en Madrid, establecen el domicilio familiar en la Plaza del Horno.
Sin que podamos considerarlo un negocio familiar, ya que tenía bastantes empleados, sí lo es en el sentido en que todos los miembros, excepto la menor de las hijas que aún era muy pequeña, trabajaban allí. Su mujer ejerce de comercial, visitando frecuentemente a los clientes, y los dos hijos mayores trabajan en el almacén junto a los demás empleados.
El trabajo consistía en decorar las piezas de loza blanca, fileteándolas y añadiendo dibujos de flores, cenefas o personalizándolas con iniciales. Vajillas, soperas, bandejas, juegos de café, tazones… todo admite ser decorado, y una vez pintado se fijan los colores metiéndolos en enormes hornos para cocer los esmaltes. Decoraban también baldosas, siempre con motivos andaluces o manchegos, fuentes, parques, monumentos, procesiones, ángeles sonrosados, para colgar en la pared o para confeccionar otros objetos, por ejemplo paragüeros.
Aparte de traer a dos expertas andaluzas para diseños y enseñar técnicas de dibujo y coloreado a las empleadas, que eran las que realizaban los trabajos, cuenta con la colaboración del artista Antón Arce que suele decorar vajillas por encargo, muchas de ellas con motivos del Quijote.

Alejandro Salmón de la Puente.

No todo el trabajo es creativo hay que desembalar las piezas en blanco, limpiarlas antes de ser decoradas, embalarlas para ser enviadas a los clientes. Las decoraciones en la loza eran variadas, estaban las pintadas, las que tenían una calcomanía que consistía en que después de limpiar los platos se daba con una brocha una especie de cola para fijar el papel del dibujo, después con una esponja mojada se apretaba bien, luego se quitaba el papel y se lavaba para quitar el pegamento y una vez secos se pintaban los filos del borde, que popularmente se llamaban filetes. Este detalle lo hacía la persona mas experta, normalmente estos bordes se hacían del color del dibujo y de oro auténtico que encarecía el producto. Una vez decorada la loza, un oficial metía las piezas en el horno.
El primer éxito hace que abra delegaciones de los almacenes en Gijón, Barcelona y Torrevieja, encargándose su hijo en las relaciones con ellas. Amplia el negocio realizando cacharros de barro, para ello incorpora a un artesano encargado de su realización, a la vez que adquiere otros hornos adecuados para cocer este material. Al parecer en este campo no tiene mucho éxito o no tiene tiempo suficiente para desarrollarlo.
La empresa no dura mucho tiempo, sobre los años 50 lo deja todo en manos de su socio y se marcha a Barcelona, regresa a los pocos años y se instala en la casa justo enfrente de donde estaba el almacén, convertida ahora en un conocido local de hostelería, pero Alejandro no vuelve a incorporarse a “Almacenes Salmón”. Transcurrido un tiempo vuelve a marcharse a Barcelona, regresando de nuevo y definitivamente a Alcázar en 1956 fecha en que ya no existía el almacén. Tiene a su regreso 78 años y muere el 20 de Enero de 1960. Ya nunca regresa a Sevilla y es enterrado en Alcázar de San Juan.
No cabe duda de que era un hombre aventurero, inquieto, emprendedor, adelantado a su tiempo y con un carácter “más que fuerte”. Toda su vida fue un ir de aquí para allá, sin permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar. Entre sus aportaciones al mundo laboral local, hay que considerar, fue pionero en abrir una vía de incorporación de la mujer al mundo del trabajo en la posguerra de Alcázar de San Juan como una forma distinta a las existentes entonces. 

Plantilla de Almacenes Salmón S.A. Año 1944.
Nota: Pertenecieron también a la plantilla: Isabel Escribano, Catalina Escribano, Delfín Marcos de León, Emiliano Vela, Enrique Escobar, María Salmón, Alfonso Álvarez, José Campo, Guillermo “Cartagena”, Amalarico, “El tío Angora” y demás carreros, embaladores, empacadores y demás personas que se nos han podido olvidar.

1. Ina (Sevilla).
2. Dolores (Sevilla).
3. Araceli Soriano.
4. Pepe “El pintor” (Sevilla).
5. Santiaga Ramos.
6. Paco “El muflero” (Sevilla).
7. Alejandro Salmón.
8. Belén Tomás.
9. Giordano Gaitero.
10. Emilia.
11. Victoria Rivas.
12. Vicente Tomás.
13. Emerita Carrero.
14. Consuelo Bravo.
15. Lola Rábago.
16. Ignacio Selva.
17. Eulalia Abengózar.
18. Llanos de Miguel.
19. Ángela Lubián.
20. Carmen Tomás.
21. Luisa Campo.
22. Carmen Fernández.

No podemos dejar de lado que las condiciones de trabajo eran muy duras, en espacios enormes y abiertos sin ninguna fuente de calor, escaso sueldo, el patrón allí mismo controlando, pero aún así las personas que allí trabajaron guardan un recuerdo muy agradable de aquella época.
La pregunta que nos asalta es ¿por qué aquel negocio, que al parecer tenía éxito, duró tan poco tiempo? Intentamos darle respuesta pensando que al disgregarse la familia por estudios o matrimonio, el patriarca que no era ya un hombre joven, no olvidemos que había iniciado el negocio con 62 años, quizá pensó que ya había trabajado bastante o que, acostumbrado a una vida un poco nómada, consideró que llevaba demasiado tiempo en un mismo lugar y le faltaba espacio, como diríamos ahora. Nunca lo sabremos porque él jamás lo contó.
Lo que no pudo nunca imaginar aquel hombre de sombrero marrón, cigarro perenne, cafés solos con copa de coñac y un siempre mantenido acento andaluz es, que al cabo de los años en un lugar de La Mancha, íbamos a estar admirando algunos de los objetos que se hicieron en aquellos “Almacenes Salmón S.A”.

Pinche aquí para ver el catálogo completo “CERÁMICAS SALMÓN”, publicado por el Patronato Municipal de Cultura en 2011.
MARIBEL BELMONTE SALMÓN
Descendiente de los propietarios de la fábrica de loza y cerámica “Almacenes Salmón” la cultura la lleva intrínseca en sus genes. Nos cuenta como era este oficio de antaño familiar, donde una de sus principales características es que la mayoría de sus trabajadores eran mujeres
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