Coralino Paniagua Cárdenas y Luis Alfonso Montero Cano.
La celebración de eventos taurinos en Alcázar de San Juan viene de muchos siglos atrás. Desde las primeras celebraciones hasta lo que hoy conocemos como corridas de toros. Comparándolo con otros festejos y celebraciones heredadas del siglo XVII, los toros en esa época eran los que movilizaban a más población entorno a la Plaza Vieja de la villa, tal era la tradición en Alcázar que el hidalgo D. Pedro Mantilla, hidalgo de la época, decía que su casa estaba situada en la “plaza de los toros alias la vieja”.
Dicha fiesta se sufragaba con los caudales de propios de la localidad y siempre que hubiera fondos, para ofrecer entretenimiento a una población cansada de la rutina diaria del trabajo. Unas veces era el Ayuntamiento el que pagaba la lidia, como por ejemplo, en 1739 para celebrar el casamiento del Infante D. Felipe, duque de Parma, con la Infanta Luisa Isabel de Francia; otras, como en la fiesta del Corpus y su octava, contaba el Concejo con la ayuda de los mayordomos de las cofradías para hacer el toril; y en raras ocasiones eran asociaciones o particulares los que se hacían cargo de la compra de las reses. Unos años después en 1743, una de las más famosas ganaderías alcazareñas la de Francisco Quintanar, se presentaba en la segunda de las corridas celebradas en la recién inaugurada plaza de las eras de la Puerta de Alcalá de la villa de Madrid.
Cabe reseñar que a finales de agosto de 1762 se hicieron en días consecutivos dos Algarradas o Novilladas, una la preparan “las personas más distinguidas de este pueblo con destino de su producto para ayuda del coste del órgano de la Iglesia de Santa Quiteria”. Y la Cofradía de Ánimas organiza la otra capeada de novillos, con dos de muerte, aplicando su beneficio al “sufragio de las Almas del Purgatorio…, aunque llovió los dos días de novillos “y que esto fue motivo de perderse mucha limosna…, siendo una importante cantidad la recaudada para ambos propósitos.
Las corridas de toros o novilladas demandaban, al celebrarse en la Plaza Vieja, una gran actividad previa en la que carpinteros, alarifes, alguaciles, carreteros, etc. se movilizaban para cerrar las calles, construir el toril (en la esquina Noroeste de la misma), fabricar los tablados para vecinos y forasteros y levantar un andamio con balcón en el antiguo Ayuntamiento donde se situaba el Concejo y sus invitados. Como acompañamiento al espectáculo se servía un refresco en el que bizcochos de canela y bañados, confitura fina, dulces de Toledo, peladillas, agua de limón y vino ayudaban al disfrute de la fiesta. El alquiler de balcones y ventanas aumentaba el número de asistentes y permitía a los propietarios de las viviendas obtener unos ingresos complementarios. En 1731 las diez ventanas que tenía la casa del vínculo de D. Manuel Ordoñez (luego de Dª María de la Peña) se alquilaron en 200 reales por cada fiesta. Y con licencia del propietario se construyó en el frontal de las mismas “un corredorcico sobre canes, embebidos en la pared…con veinte asientos” dejando libres las ventanas.
La prohibición de celebrarse “Fiestas de Toros de muerte en todos los Pueblos del Reyno” por Real Pragmática de 9 de Noviembre de 1785 no se debió cumplir pues la orden se vuelve a repetir en 1787 y 1789, con la obligación de notificarla a todos los pueblos del Partido de León por el Concejo de Alcázar. La Guerra de la Independencia impidió la continuidad del festejo, pero cuando ésta acabó volvieron a realizarse las corridas en la Plaza Vieja.
Posteriormente Juan Álvarez Guerra construyo su plaza de toros en el siglo XIX en lo que fue el Cine Alcázar y es ahora el Casino en la calle Emilio Castelar , esta plaza sería una especie de corral y era conocido popularmente como el de Guerras, también se utilizó en algunas ocasiones el corral de Cañizares en la actual avenida de Herencia, ambos serían el precedente a la construida en la zona de “La Covadonga” conocida como la del Parque que se empieza a construir ya de madera y empiezan a surgir las primeras personas locales aficionadas al toreo como Carrión, Sanz, “cepillo”, Ubaldo Tapia, Antonio Casas Gallar “Casitas” que en 1877 debutó en Getafe el 14 de mayo y en 1880 se presentó como banderillero de “El Pulguita” y “El Zoco” al mismo tiempo en Madrid, en 1886 toreó en Alcázar con “El Navajero” y con Villarejo, al año siguiente comenzó la temporada con otra becerrada en Alcázar acompañado en el Cartel por Sarrión, “Puñalito”, “El Navajero” y Julián Álvarez, también de Alcázar al igual que Saturnino Campo, “Maera”, Gumer . Casitas alternó su faceta de torero con la de empresario taurino en varias plazas, aunque en 1889 quedó arruinado y en 1896 dio por terminada su vida torera matando 41 toros en total, actuando en años posteriores en festivales benéficos a favor del comercio de Alcázar, murió el 9 de octubre de 1920 a los 58 años de edad.
Se aprecia en esta imagen una imponente vista de una antigua plaza de toros, la segunda que se conoce de Alcázar de San Juan. Se encontraba situada en los terrenos del actual parque Cervantes, entre el convento de Santa Clara y la vía del ferrocarril, frente a la Covadonga. En ella se celebraron muchos festejos que la peña taurina “El Capote” venía documentado últimamente en unos apuntes para la historia taurina de Alcanzar de San Juan. Una pena que haya desaparecido como peña taurina.
La plaza de toros de la Covadonga, se realizó por el herrero de Villafranca de los Caballeros Plácido Aranda, pero el principal promotor de su construcción fue Blas Morollón “Naranjito”, el terreno lo cedió Antonio Alaminos “Girón” frente a La Covadonga en las vías de “la cresta” montículo al final del parque viejo y separado de ella por el camino de Valcargao, en una hondanada, aumentada por los terraplenes de la vía del ferrocarril, que permitió hacer asientos macizos utilizando las vertientes naturales del piso hasta la mitad de las filas. Se empezó la construcción en el año 1897, aportando la población de Alcázar lo que pudo, en trabajo o en dinero, siendo los maestros albañiles los hermanos Beamud. Blas trajo la madera vieja de una plaza antigua que había en La Granja (Segovia), aunque con pocas seguridades la plaza quedo para su uso este mismo año de 1897, pero no pudo inaugurarse por falta de recursos y al año siguiente se formó una Comisión para ayudar a “Naranjito” y organizaron las corridas inaugurales el 8 y 9 de septiembre de 1898, como torero principal vino Cayetano Leal “Pepe Hillo” y mató cuatro toros cada tarde por 3.500 pesetas en total, la ganadería fue de Doña Prudencia Bañuelos de Colmenar Viejo, la comisión cubrió los gastos de ambas corridas el primer día y le entregó la taquilla de la segunda corrida a “Naranjito” con la obligación de que pagara los impuestos, cosa que no hizo y la Plaza salió a la subasta, siendo adquirida por D. José Ortiz, el cual la reconstruyó en 1930 bajo la dirección de Tomás Munárriz, contaba apenas con cinco filas de tendido, además de la zona de barreras, en ella se celebraron diversos festejos taurinos cabe destacar el de 1912 con una corrida benéfica a favor de Cruz Roja, donde Blas Morollón “Naranjito” el cual con su arte no consiguió eclipsar la fama de Bombita y Machaquita, por entonces en boga.
Empezaron a intervenir en este tiempo en los festejos taurinos los expendedores de carne de vaca atraídos por las buenas comunicaciones que daba a Alcázar el ferrocarril, destacando en esta profesión “Segurita”, después Campayo y luego la familia Guzmán, donde empezó a destacar Sebastián.
Terminando el ciclo de aficionados hasta la desaparición de la plaza del Parque o de la Covadonga, cabe destacar al novillero Laurentino Carrascosa, que decían las crónicas de la época que hacia morder la arena a los toros con el castigo de su muleta y su bien templada espada, en los carteles lo anunciaban como temerario diestro alcazareño, rey del volapié, aunque su vida de torero fue relativamente corta la de ganadero si fue dilatada, pasando el testigo de su ganadería a su hijo que es el que en la actualidad la regenta.
La plaza del parque cerró sus puertas con una novillada con el Chico de la Viña, José L. Vizcaino el 21 de octubre de 1935.
La actual plaza de toros sus inicios fundacionales arrancaron en enero de 1927, por iniciativa de José Ortiz, se funda una sociedad anónima al efecto el 1 de abril de este mismo año, donde se hacen acciones por valor de 50 pts. , que formaba parte del capital social de 150.000 pts. La cimentación y algunas dependencias se empiezan a construir con los restos materiales del derribo del antiguo ayuntamiento en 1928 y bajo el proyecto del arquitecto municipal Críspulo Moro Cabeza. Aunque se realizaron diversas corridas antes de su apertura. En 1936 en plena Guerra Civil con el Chico de la Viña, José L. Vizcaino repite en el cartel de la feria de Alcázar en lo que iba a ser la nueva plaza de toros el 6 de septiembre se realiza un festival taurino Pro- Frente Popular aunque la plaza estaba con talanqueras, y en 1945 con andamiaje de madera montados por Devis/Macosa.
Su inauguración oficial no fue hasta el 9 de septiembre de 1949, con un cartel inaugural con Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida que sustituía al herido Pepín Martín Vázquez y Antonio Caro, con toros de Víctor y Marín de Fernán Caballero (C. Real), este miso año se dieron siete festejos siendo José Ortiz el empresario de los mismos. Luego la plaza ha sufrido diversos momentos la última corrida que se celebró antes de darla en ruinas, se dio en la feria de 1971 al año siguiente se anunció la corrida pero no se autorizó su celebración. En 1976 el ayuntamiento con la colaboración de la empresa N.P.T. de Madrid, reconstruiría la plaza para la corrida de la feria que sería el 5 de septiembre. Al año siguiente, en 1977 se cumplía el 50 aniversario de la puesta de la primera piedra, y con la plaza de toros recién remodelada, comienza la temporada taurina el Domingo de Resurrección, 10 de abril, con la primera alternativa de matador de toros en la historia de las plazas de toros de la localidad de Socuéllamos. Lorenzo Manuel Villalta, con más de 2.000 aficionados desplazados desde su ciudad natal, se doctora, teniendo como padrino a Paco Camino, “número uno” del escalafón, y a Francisco Ruiz Miguel.
Villalta corta 4 orejas y un rabo al último de su lote. Ruiz Miguel consiguió iguales trofeos y Paco Camino tuvo que conformarse con palmas en el segundo de su lote, y pitos en el primero. Se dio la circunstancia que la temporada anterior, ante el éxito abrumador de Lorenzo Manuel Villalta, consiguiendo dos puertas grandes consecutivas como novillero en la Plaza de Las Ventas, de Madrid, “forzó” a la empresa alcazareña a incluirle en una corrida mixta que se celebró el 3 de octubre de ese año. El triunfo de Villalta en la alternativa hizo que repitiera la temporada de 1977 en dos ocasiones más: el 4 de septiembre con Andrés Vázquez y Ruiz Miguel, y el 2 de octubre, compartiendo cartel con el torero manchego “El Calatraveño”. La remodelada plaza de toros pasa a propiedad municipal en los años 80, estos mismos años comienzan a celebrarse las Conferencias taurinas de la Peña “El Capote” y surge una nueva figura local de el toreo el novillero Manuel Castellanos Flores, que debuta como becerrista en Villamayor del Santiago en 1986 y con picadores en 1990 en Navas de Toledo, en los años 90 surge la Escuela Taurina de Alcázar y en la feria de 1993 el 7 de septiembre se presenta sin picadores Jaime Castellanos “Chico Gil” cuya actuación repetiría en 1994 con novillos de Laurentino Carrascosa, también empieza a despuntar el torero local Aníbal Ruiz que se consagra como novillero revelación en 1997, pero que ya había actuado como becerrista en diversas ternas adquiriendo un importante triunfo en Madrid.
PLAZA DE TOROS DE CINCO CASAS
Se construyo a finales de los años 60 (68-69) y fue un proyecto de todos los vecinos del nuevo pueblo. El INC (Instituto Nacional de Colonización), autorizo a los colonos y el personal laboral de colonización construyeran la plaza en una zona del bosquete al Este del pueblo nuevo. Los colonos y el servicio de maquinaria llevaron carros de piedra, los albañiles, carpinteros, fontaneros… y algunos trabajadores del INC se encargaron de la obra, en la que también colaboraron colonos…En suma, fue proyecto comunitario de gentes llegadas de distintos lugares y que habitaron en el nuevo pueblo. Tanto en la construcción de la plaza de toros, como en el campo de fútbol ayudaron a “hacer pueblo” y establecer relaciones personales. En aquel momento, era Alcalde pedáneo Ángel Benito que desempeñó su cargo desde el año 1966 hasta 1970.
Ángel Benito fue el primer maestro del pueblo nuevo. Como en todo lo referido a las obras y proyectos de colonización, la administración local no jugó ningún papel de relevancia, correspondía al INC las iniciativas que se desarrollaban en sus pueblos y el ingeniero técnico agrónomo, jefe de explotación, jugaban papel de más relevancia que al alcalde de Alcázar de San Juan o al pedáneo.
El anillo de la plaza de toros de Cinco Casas sigue las dimensiones de la plaza de toros de Manzanares. Carnicerito de Úbeda, El Calatraveño, Honorio Cruz fueron algunos toreros que participaron en los primeros festejos taurinos de Cinco Casas. Entre el público asistentes destacar que uno de los primeros festejos taurinos o quizás el primero en la nueva plaza, asistió el boxeador campeón de España y Europa de los pesos pesados, Paulino Uzcudun. Normalmente siempre había toros en las festividades de San Isidro y en la Virgen de las Nieves.
Datos aportados Vicente Montiel
PLAZA DE TOROS DE ALMEDA DE CERVERA
También en la pedanía de Alameda de Cervera también en sus fiestas de San Lorenzo el 10 de Agosto se celebra una suelta de vaquillas donde participan los jóvenes de la pedanía y gente llegada de varios lugares de la zona. Se solía hacer con carros ahora con remolques a modo provisional los emplazamientos han sido distintos a lo largo de la historia y se monta la plaza solo para el acontecimiento de la festividad veraniega.